¿Entrar en Europa? Paciencia y barajar

Los índices europeos están mortecinos, sin saber muy bien a qué carta quedarse o quizás sí lo saben muy bien. Con la Eurozona en pleno regreso a las dificultades macroeconómicas, con amenaza de recesión y deflación al unísono, y con la demostrada incapacidad de los dirigentes europeos para hacer nada, absolutamente nada, cada vez está más claro que si no nos sacan de ésta nosotros solos no vamos a salir.

¿Cómo lo ven nuestros indicadores de amplitud? Como sabéis, tenemos programada una aproximación a lo que el matrimonio McClellan postuló para el mercado americano con los índices europeos y estos son los resultados que obtienen los mercados del Viejo Continente en el mismo momento en el que Wall Street está pasando del terreno negativo al positivo el pasado viernes:

Aquí podemos ver el lamentable desempeño del mercado alemán, con unos indicadores preocupantes, en especial la Línea AD, que bien parece que estuviera mirando al Sur. Bueno, en realidad es lo que está haciendo. El Dax es técnicamente bajista y la Línea AD así lo ratifica con el repunte hasta su media de 150 periodos y posterior caída en picado.

Siempre decimos que el Dax es el índice de referencia en Europa, pero por si acaso, nos gusta añadir otro índice al estudio, especialmente el volátil y manipulado Ibex, por aquello de que representa a un mercado numéricamente pequeño y que puede ser más «ágil» a la hora de darse la vuelta:

No está mucho mejor, aunque hay que reconocer que el perfil de su Oscilador McClellan es algo menos lamentable que el del Dax. Se encuentra algo más cercano a la línea del cero y parece, dentro de lo que cabe en algo mejor forma que el índice alemán. Pero, evidentemente, esto no es suficiente.

Uno de los postulados más claros del Market Timing es la coincidencia temporal de las señales en varios mercados. Existe coincidencia entre el Nyse y el Nasdaq,  juntos y por separado, pero la correlación con los índices europeos se ha perdido por factores de índole macroeconómica y política. Los interrogantes que se ciernen sobre Europa son para preocupar bastante y la capacidad de inacción de quienes nos malgobiernan está ampliamente demostrada. Los mercados lo saben y demuestran que lo saben.

¿Entrar en estas circunstancias? En realidad es cuestión de paciencia y barajar. En el mercado americano, sin dudarlo. En los mercados europeos habrá que esperar oportunidades y valorar las cosas que estén muy claras. No nos basta una posibilidad, necesitamos para apostar por un valor europeo que demuestre mucho más de lo que le exigiríamos habitualmente. Eso, o esperar a que los Osciladores McClellan europeos o las ADn nos muestren el camino del largo. Mientras tanto, buscar a diario si existe alguna oportunidad clara.

Para que nos hagamos todos una idea de cómo están las cosas a este lado del Atlántico, contaré los resultados de una de las estrategias que suelo seguir para la búsqueda de valores en momentos de salida alcista. Busco valores que no hayan marcado nuevos mínimos mientras sí lo han hecho los índices. Supongo, y suele ser así, que no es casualidad que esos valores no hayan seguido bajando y hayan comenzado a subir antes. Tengo programado mi buscador y lo he pasado durante el fin de semana al menos cuatro veces porque no daba crédito a lo que veía.

De los 1.866 valores de mi base de datos de mercados del euro, sólo cuatro valores no han hecho mínimos relativos al mismo tiempo que los índices. Uno está pendiente de la  resolución de una OPA; otro de que su accionista mayoritario decida si vende o no vende, si saca a Bolsa más acciones o qué leches va a hacer con la empresa; un tercero es una empresa dependiente de otra que controla más de 70% de su capital y no se recomienda entrar donde uno puede hacer mangas y capirotes con el dinero de otros. Y el último no tiene rango de movimientos siquiera para ser considerado candidato a una entrada.

Así están las cosas. Paciencia y barajar.