Los «errores» de la Línea AD

Los «errores» de la Línea AD

Me comentaba ayer un lector su sorpresa por el mal comportamiento de la Línea AD o Línea de Avance / Descenso del Nyse en el periodo comprendido entre 1999 y 2003, así que voy a dedicar algo de tiempo a responder a esta inquietud, más que nada por ver si dejamos claro para qué sirve la Línea AD y para qué no sirve.

Debe estar de moda la cuestión. Recientemente mantuve un debate con Hugo Ferrer sobre la Línea AD (interesante de principio y frustrante después al comprobar el nulo interés didáctico que mi interlocutor tenía en la cuestión) y precisamente el número de este mes de Hispatrading publica un extenso artículo sobre la Línea AD que, para mi sorpresa, me hace compartir páginas con el mismísimo Alexander Elder.

Al grano, ¿qué es la Línea AD? Ni más ni menos que la suma acumulada de los valores que suben y bajan cada día en un mercado. Si suben 500 y bajan 350, sumaremos 150 al resultado anterior, sin ponderaciones en función de qué apellido tenga cada valor que suba o baje. Es democracia total en la que cada valor vale lo mismo, independientemente de que sea Apple o el chicharro entre los chicharros.

He calificado muchas veces a la Línea AD como el auténtico índice de los mercados, ya que contiene a todos los valores y los trata por igual, frente a lo que entendemos por índices, formados por una cesta sesgada, en la que sólo entran los mejores y cuando dejan de serlo desaparecen del cálculo. En realidad un índice no es representativo del mercado, sino de la propia cesta.

Pero no son los índices oficiales por muchas razones, entre las que hay una fundamental: no son manipulables en mercados grandes. A los que mandan en el mercado les conviene mucho más estar pendientes de un centenar de valores como máximo y un par de futuros que de todos los valores que cotizan en Wall Street. A menudo, solo con comprar Apple pueden aportar la mecha para una salida al alza en cualquiera de los índices americanos, pero así no podrían influir en la Línea AD y de hecho no influyen.

Una vez establecidas estas premisas, vayamos a lo ocurrido entre 1999 y 2003 en los mercados americanos.

nysenasdaq

En este gráfico se puede observar la distinta trayectoria de las Líneas AD del Nasdaq, en la parte superior, y del Nyse, en la parte inferior. Nuestro comunicante se refería a la del Nyse y su comportamiento anómalo, pero se puede observar cómo la del Nasdaq sí funcionó un poco mejor en la gran caída aunque también cometió el error de adelantarse mucho a la caída de los índices.

wsnyse

Esta es la comparación del comportamiento de la Línea AD del Nyse, en la parte inferior, con la del conjunto de Wall Street, la suma del Nyse y el Nasdaq. Se aprecia también que se comporta sensiblemente mejor que la del Nyse.

Particularmente y quienes me hayan leído más de un día lo saben, procuro usar siempre que sea posible los indicadores de amplitud referidos al conjunto de Wall Street. No tener en cuenta al Nasdaq es absurdo cuando es la mitad del mercado americano y salvo que haya alguna razón técnica para el uso de los indicadores referidos al Nyse (como ocurre con los Summation), prefiero sumar al Nasdaq. Evidentemente, esto tiene la complicación de que me tengo que «currar» los datos, procesarlos con una tabla de Excel y hacerlos «digeribles» por un graficador, mientras que quien usa solo los del Nyse le basta con ir a StockCharts y si sabe lo que busca lo encontrará. Mucho más cómoda esta opción, sin duda.

Ahora bien, cualquiera de estas líneas se comportó bastante deficientemente desde 1998 cuando comenzó a caer y ya no levantó cabeza en tanto que los índices seguían al alza, en especial el Nasdaq. De haber seguido a pies juntillas al indicador, habría que haberse puesto cortos o, al menos, no operar hasta encontrar una confluencia de indicadores que nos señalaran que el corto era el camino más apropiado, con lo que se hubiera perdido más de un año de subidas.

Achacar el mal comportamiento a la Línea AD es lo cómodo, pero en realidad el mal comportamiento lo tuvieron los índices. Eran los tiempos de Terra a 150 ponderando a lo salvaje en el Ibex o en los que cualquier compañía buscaba desesperadamente ser denominada como «tecnológica» para que su cotización se disparara.

Recuerdo un episodio de Telepizza en este sentido que no tiene desperdicio, cuando el grande Leopoldo Fernández Pujals suscribió un acuerdo con Terra por el que convertía a sus repartidores en los protagonistas del último tramo de la entrega de los productos que Terra pudiera vender online. Vamos, que si comprabas un perfume te lo iba a llevar el de «Telepi».

Creo que jamás ningún repartidor de Telepizza llegó a entregar nada procedente de Terra. Es más, tengo serias dudas de que Terra llegara a vender algo en toda su existencia que no fuera puro humo. Pero Pujals convirtió a Telepizza en una respetada «tecnológica» y la vendió a buen precio. Gran jugada de un tipo con el que no comparto ningún valor empresarial pero sí respeto su visión de la jugada.

Viene todo esto a colación porque tanto Terra como Telepizza formaban parte de aquél Ibex desmadrado y porque ilustran muy bien el ejemplo de lo que sucedió en el mercado americano. Lo de aquí fue una simple reproducción a escala de la locura que se vivió en Wall Street, un juego de niños. Sólo entre 1997 y 2000 salieron a Bolsa en el Nasdaq más de 1.500 compañías.

Los índices subían y subían pero la mayor parte de los valores del mercado no acompañaban esa subida. Es más, muchos bajaban fuertemente desde 1998, en especial los que no quisieron convertirse en tecnológicos de la noche a la mañana. Pongamos algunos ejemplos de dinámica del mercado americano en aquellos años:

adobe

Aquí tenemos la dinámica de una de las empresas tecnológicas «supervivientes», Adobe. Viene en representación de las cientos cuyo gráfico viene a ser calcado a éste y que cada vez tuvieron mayor peso en los índices, en especial a partir de 1998. Y dado que en el índice se pondera por volumen y las tecnológicas acaparaban prácticamente el mercado, ya sabemos quienes mandaban en este momento en los índices…

En contraposición, tenemos empresas tradicionales, las de toda la vida, que llevaban tiempo corrigiendo antes de que los índices se derrumbaran:

AutoNationAirgas

Los graficos son de AutoNation y Airgas y en ellos se observa claramente cómo no levantan cabeza desde 1997. Muchísimos valores no encontraron acomodo en este «boom» tecnológico y los inversores les dieron la espalda. El resultado fue que poco a poco desaparecieron de los índices, donde ganaban cada vez mayor peso los valores de moda, los que acaparaban el volumen. Los índices seguían subiendo y cada vez más valores importantes del mercado se orientaban a la baja.

¿Y los grandes valores?

Coca ColaWalt Disney

Son Coca Cola (arriba) y Disney (abajo). Se puede apreciar cómo entre 1998 y 2000 mantuvieron un lateral de gran rango, muy alejado de las veleidades alcistas de los nuevos llegados al mercado. No les iba mucho mejor que a los pequeños y medianos valores tradicionales del mercado. Los que no consiguieron la «etiqueta tecnológica» las pasaron tan canutas como el resto aunque estos sí permanecieron en los índices como consecuencia de que siguieron integrados en las cestas de los fondos orientados a dividendos, algo que las nuevas empresas no ofrecían.

Sólo entendiendo esta dinámica del mercado puede entenderse por qué la Línea AD y los índices fueron cada uno por su lado durante mucho tiempo. Tenemos muy cerca el ejemplo. En el mercado español el boom inmobiliario supuso una oleada de salidas a Bolsa sin precedentes de empresas de este sector que llegaron a tener un gran peso en los índices, pero ni de lejos lograron el que acumularon las tecnológicas en los índices americanos durante su época dorada.

Aún así y atendiendo a la pregunta de mi interlocutor, cabe decir que siguiendo la Línea AD del Nyse se pudieron cometer dos errores, salirse del mercado antes de tiempo y pensar que se había tocado suelo mucho antes de que en realidad ocurriera (aunque buena parte del mercado «tradicional» sí lo estaba haciendo y los valores de toda la vida se recuperaban). Siguiendo la Línea AD del conjunto de Wall Street este segundo error no se hubiera cometido.

Y una vez dicho y explicado todo esto, solo me resta decir que estos inconvenientes de la Línea AD me llevaron a descartarla como base para la toma de decisiones aunque sí uso uno de sus derivados, la Línea ADn. La Línea de Avance / Descenso es una herramienta excepcional para saber lo que pasa con el fondo de mercado y para ser usada como alerta temprana de comportamientos futuros, pero no para tomar decisiones.

¡¡Buen trading!!

NOTA DEL AUTOR. Todo lo expuesto en este artículo es fruto de mi análisis, que es el resultado de años de formación y trabajo. Si te ha gustado, me haces un gran favor si lo compartes en las redes sociales. Mis análisis los publico exclusivamente con fines didácticos y no representan en absoluto una invitación a realizar operación alguna en el mercado, ni con acciones ni con ningún otro instrumento financiero. Si quieres profundizar en el estudio de los indicadores de amplitud, tanto en nuestro libro como en nuestro foro encontrarás las herramientas necesarias para hacerlo. Si necesitas una primera aproximación, nuestra Guía Rápida del Sistema puede servirte como aproximación a lo que hacemos.

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5 comentarios en «Los «errores» de la Línea AD»

  1. Gracias por tu magnífico artículo de hoy.

    No me queda la menor duda de la utilidad de la línea AD, pero está claro que lo primero es entender como se conforma (igual que cualquier indicador)para poder interpretar que me está diciendo.