¿Por qué tienen tanto interés en que suscribamos fondos de pensiones?

Otro día en el que no pasa nada, y eso que subieron los tipos de interés en Estados Unidos. Esta inacción nos da pie para dedicar de nuevo atención a los planes de pensiones, que es más interesante. Esta vez trataremos de responder a la pregunta de fondo de todo el asunto: ¿Por qué tienen tanto interés en que suscribamos planes de pensiones?

Comenzaremos por identificar a aquellos que tienen interés en dirigirnos hacia los fondos de pensiones. No hay que ser muy listo para idenficarlos a la primera: políticos y banqueros aunque en este concepto de banqueros hay que incluir esta vez a las aseguradoras, también muy presentes en esa industria. No es extraña esta connivencia. Es más, viene siendo demasiado habitual desde hace ya demasiado tiempo.

¿Por qué interesa a los políticos dirigirnos hacia los planes de pensiones?

Hay que llamar a las cosas por su nombre y si a los políticos, a la clase gobernante y a la clase acomodada de la política, les conviene dirigirnos hacia los fondos de pensiones es para no tener que hacer ellos el trabajo de reformar de una vez por todas el sistema público de pensiones.

Las únicas verdades acerca del sistema público de pensiones son éstas:

El sistema público de pensiones es una estafa piramidal

A los políticos, y aquí incluyo también a los no acomodados, se les llena la boca de calificar al sistema español de pensiones como un sistema de ‘solidaridad intergeneracional’ en el que los cotizantes de cada momento deben asumir el pago de las pensiones de sus mayores.

Como casi todo en política, pura verborrea. ‘Solidaridad intergeneracional’ es el palabro que usan para disfrazar un esquema de Ponzi, una pirámide en la que los que están en la base pagan a los que están en la cúspide. Este tipo de estafas funcionan mientras crece la base y cuando la base deja de crecer es imposible pagar a los de la cúspide. Por cosas como estas hay gente en la cárcel. Sin ir más lejos, Bernard Madoff, el malvado especulador entre malvados especuladores.

Obviamente, la estructura del sistema está en quiebra o muy próxima a ella. No hay más que ver esta ilustración:

No es un dibujo hecho por mí, salido de mi imaginación. No. Se trata de la ilustración oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE) para explicar la pirámide de población en España y sus perspectivas de evolución.

La base ya es más pequeña que buena parte de lo que hay por encima y la previsión hacia 2040 (líneas oscuras) nos avanza claramente la quiebra del sistema, hacia la pirámide invertida.

El sistema de pensiones no se arregla con un pacto político

Conscientes de que el asunto de las pensiones es una bomba de relojería, los políticos lo solucionaron en el pasado través del famoso Pacto de Toledo. En realidad, no arreglaba nada. Simplemente, sacaba el asunto de las pensiones del primer plano y hacía que cualquier decisión en esta materia tuviera que pasar por el pacto de nuevo. Ni más ni menos que se garantizaban que las pensiones no serían un arma arrojadiza en el debate político y se quedaron tan tranquilos.

Obviamente, no tardó mucho alguien en hacer lo contrario de lo pactado y otros en volver a lanzar dardos a costa de las pensiones. Zapatero congeló las pensiones en plena crisis sin consenso del Pacto de Toledo y a Rajoy no le hicieron falta ni diez segundos para convertir las pensiones de nuevo en centro del debate político prometiendo, por supuesto, que él ligaría las pensiones a la inflación de nuevo si llegaba al gobierno.

Me parto de la risa. Ya sabemos todos lo que vale la palabra de un político. Dura menos que un euro a la puerta de la sede de cualquiera de sus partidos.

El problema de las pensiones públicas sólo se arregla con un cambio total de modelo

Lo que no han querido nunca abordar nuestros políticos, de uno y otro bando, es el problema en su integridad. Les conozco bien. No en vano he pasado veinte años entrando y saliendo del Congreso y el Senado sin ver trabajar allí a nadie que no fuera ordenanza, taquígrafo o estenotipista.

Y es que arreglar el asunto significa ponerse a trabajar, mucho y duro. Y, además, hacer un trabajo a largo plazo, sin réditos electorales y que al cabo de cuatro años no va a poder ser ‘inaugurado’. No interesa a nadie en la clase política y por eso los españoles estamos temiendo que nuestras pensiones van a irse por el desagüe. Es una cuestión de Estado y para eso se necesitan hombres de Estado. Pero de eso no hay en España.

¿Qué hay que cambiar?

Nada de fórmulas matemáticas o fondos de reserva, para garantizar de verdad las pensiones, hay que cambiar España de arriba a abajo. ¿En qué? Pongamos algunos ejemplos.

• Hay que conseguir que tener hijos no sea una heroicidad, que una pareja pueda pensar tranquilamente en tener un hijo sin temer que la mujer vaya a perder su puesto de trabajo. Y que no me vengan con que esas cosas no ocurren. Ocurren a diario, por cientos, y son consentidas desde arriba. ¿Qué tal empezar a meter en la cárcel a quien pregunte a una candidata a un puesto de trabajo si piensa quedarse embarazada o, siquiera, si tiene pareja? La contratación temporal sistemática es otra de los lastres a la natalidad y es facil acabar con ella. Basta con aplicar la ley que ni siquiera respeta la Administración encadenando contratos temporales uno tras otro.
• Hay que conciliar la vida laboral y la vida familiar. Ejercicio que queda pendiente desde hace generaciones en España. La conciliación no existe y la tendencia del empresariado es al ‘presentismo’. La obsesión es por la presencia, por el fichaje, por el número de horas en las que alguien se pasa sentado en una silla, a menudo sin nada que hacer. No se pone énfasis en la productividad o en el trabajo desde casa. Todo jefe tiene querer controlado el corral…
• Hay que desterrar el modelo económico de tenderos, albañiles y camareros. No es peyorativo, pero ese sistema no va a lograr pagarnos las pensiones. Lo del turismo es estupendo, pero no solo de sol puede vivir España. Cuando naciones que ahora atraviesan por serios problemas vuelvan a estar tranquilas nuestros precios serán infinitamente superiores a los suyos y nos quedaremos con cara de tontos. Tenemos unos años para cambiar el sistema y hacerlo progresar hacia la I+D, la producción de valor añadido, hacia cosas más permanentes en el tiempo, pero eso requiere dar la vuelta al calcetín de lo que se hace habitualmente en España y, seguramente, necesitaremos otros políticos para ello. Gente que entienda, por ejemplo, que el ‘impuesto al sol’ no es la vía más adecuada para que España sea una potencial mundial en algo en lo que legítimamente debería serlo y que es una energía de futuro.
• Desterrar de una vez por todas la economía sumergida de nuestro país. Todos sabemos dónde está la economía sumergida menos, al parecer, los inspectores de Hacienda. ¿Qué no hay medios para terminar con ella? No me hagan reír. Se me ocurre uno que pondría todo patas arriba: eliminar el dinero físico para transacciones superiores a veinte euros. Sería cuestión de que los Bancos valoraran lo que cobran por comisiones de operaciones de tarjeta y llegaran a un acuerdo con Hacienda para cobrar una parte de lo que Hacienda ingresara de más a cambio de rebajar sustancialmente las comisiones que cobran a los comerciantes, incluso eliminarlas. Es una mierda ir a hacerte una ecografía 3D y que te obliguen a pagar en efectivo, que siempre hablamos de los fontaneros y nos olvidamos de los ‘profesionales liberales’ con consulta pública y privada pero que no dan una factura ni a su padre. Y solo con lo que el Estado y los bancos ahorrarían por no tener que emitir billetes, transportarlos, custodiarlos, contarlos o revisarlos se pagaba una buena parte de la factura de las comisiones bancarias.

Basta con ponerle algo de sentido común al asunto pero me temo que a los políticos no les va eso del sentido común si es que eso supone que tengan que trabajar. Es más cómodo crear una subcomisión de expertos en la que nos hacen pasar por expertos a actuarios, a financieros y al gobernador del Banco de España. El mensaje siempre es el mismo: hay que complementar la pensión pública con otra privada y, por supuesto, eso se consigue con un plan de pensiones.

¿Por qué está la banca tan interesada en los planes de pensiones?

Hay varias razones muy evidentes y vamos a desgranar algunas. Seguro que entre todos podemos sacar otras cuantas más.

Los planes de pensiones una mina para sus cuentas de resultados

Usted calcula que una comisión anual de gestión lo más baja posible es lo importante a la hora de elegir un fondo, pero no se engañe. El negocio está en las comisiones ocultas y en eso son casi todos iguales. Las gestoras hacen operaciones a discreción y los brokers que utilizan son los del propio grupo bancario que, por supuesto, les cobran las comisiones correspondientes por cada operación.

De esta forma, lo que usted gane con el fondo es lo de menos. Lo de más es que su dinero genere ingresos para el Banco. Exija usted a su gestora saber cuántas comisiones por operaciones ha pagado y a quién. Dudo incluso que le respondan.

Porque el dinero estará en el sistema muuuucho tiempo

Cuando usted contrata un plan de pensiones, se casa con un banco casi de por vida. ¿No ha visto esas suculentas ofertas del tipo si se trae su plan de pensiones le regalamos 1.000 euros? Yo las he visto incluso con cantidades superiores y, por supuesto, no es cierto. No nos regalan nada, se lo cobran bien cobrado sin que nos enteremos a base de comisiones ocultas. Es cierto que nosotros nos podemos cambiar de plan, pero el dinero queda ‘preso’ en el sistema y eso les interesa a todos.

No es de extrañar que se hayan lanzado como panteras a desaconsejar la idea de que los planes puedan ser rescatables pasado un determinado tiempo…

Porque en tiempos de tipos de interés bajos les viene de cine

Los bancos, en especial los bancos generalistas, tienden a ganar dinero de dos formas: con las hipotecas y con la deuda pública. Mala cosa la de esta crisis para las entidades. Con los tipos de interés tan bajos el beneficio que queda por cada hipoteca es ridículo y apenas cubre los costes. Y lo de la deuda pública, pues exactamente igual.

Un buen contigente de planes de pensiones constituye en realidad una línea de flotación para una entidad bancaria porque son ingresos seguros, no dependientes de la coyuntura económica y por tanto, acíclicos.

Hacienda convierte el ahorro en ingresos del trabajo

Como a todos les interesa, Hacienda entra en escena y dibuja una figura que estoy casi seguro que un buen abogado puede ganar ante el Supremo, pero tampoco hay muchos abogados con ganas de enemistarse con Hacienda…

Resulta que el dinero que nosotros ahorremos mediante aportaciones periódicas va a contar con el caramelo de una desgravación fiscal ridícula y por arte de este truco se va a convertir en el futuro en ¡¡rendimientos del trabajo!! De esta forma, si usted tiene la intención de rescatar íntegro su fondo de pensiones, sepa que Hacienda le va a meter un hachazo que le va a dejar sin respiración. Hasta un 45% del dinero se puede quedar…

Y, por supuesto, si decide cobrar mes a mes una cantidad, elevará su base imponible y le costará un riñón en el IRPF.

Con este sencillo truco, Hacienda recauda hasta tres veces lo que permitió desgravar y el negocio le sale redondo.

La crisis ha dejado tocado el sistema de ‘captación’ de incautos

No dan puntada sin hilo y todos quedan contentos. Hay que encauzar a la masa hacia los fondos de pensiones. Dicho y hecho, hasta que llegó la crisis. Vean estas cifras de la patronal de instituciones de inversión colectiva, Inverco:

Se les están cayendo los palos del sombrajo y la caída del número de partícipes se prolonga en el tiempo más de lo que el chiringuito puede aguantar. Cada vez captan menos incautos. Les pasa igual que con la natalidad a todos. Nacen menos de los que mueren y a ellos les salen más beneficiarios cada año que partícipes entran en el sistema. Tienen un problema y hay que forzar la máquina. Hay que hacer más atractivos los planes de pensiones, pero al Gobierno se le ha ocurrido que sean más atractivos a base de que sean rescatables. Ya no tienen un problema, tienen dos.

Me dirán que es que la crisis ha llevado a la gente a no tener capacidad de ahorro y que por eso bajan los partícipes, porque cada vez hay menos posibilidades de tener un dinerito sobrante para invertirlo en nuestro futuro. Les juro que yo también lo pensé, pero es que no es cierto. Veamos otra tabla también de Inverco:

Mientras en la tabla de partícipes de planes de pensiones las cifras bajan sistemáticamente cada año, en las de cuentas de partícipes de fondos de inversión se observa un fenómeno más razonable. En los peores años de cada crisis se ha retrocedido, incluso muy intensamente porque este producto tiene un horizonte temporal más corto y es rescatable. Sin embargo, hace ya cuatro años que suben constantemente los partícipes de fondos de inversión. Ya hay más partícipes que antes de la crisis. Es más, está en un máximo histórico, así que hay interés por la inversión, mucho interés. Lo que no hay interés es por los planes de pensiones.

Por una vez, parece que los españoles no se están dejando embaucar. Si hay que confiar el dinero al banco, mejor en un fondo de inversión con el que pago mis impuestos cada año pero que luego no tiene una fiscalidad confiscatoria en el momento del rescate. Mejor en un fondo del que me puedo salir cuando quiera. Mejor que el bancario de turno siempre tenga la presión de que me voy a llevar el fondo a otra parte en cualquier momento. Y, por supuesto, mejor en cualquier lugar menos en un plan de pensiones que da una rentabilidad ridícula.

Uno de mis detractores del otro día me alababa la seguridad de los planes de pensiones porque sólo pueden invertir en determinados tipos de activos, seguros y que cumplen determinados requisitos. Casi me caigo de la risa y les voy a contar un caso realmente extremo que pone en evidencia la falacia de semejante afirmación.

Estuve en Islandia de vacaciones y recorrí la isla todo lo que pude en un coche de alquiler, pero para determinados trayectos escogí la opción de un conductor profesional con un coche específico que nos permitiera llegar a lugares increíbles. Tengo unos amigos españoles en Islandia que contrataron los servicios de un taxista conocido por ellos. Cuando llegó a la cita, me extrañó su edad y pregunté a mi amigo. Esta es la historia, resumida:

«Tiene que seguir trabajando porque su plan de pensiones privado quebró y el referendum decidió no rescatar al sistema financiero islandés. Pensaron que castigaban a los banqueros y a los políticos pero en realidad castigaron a este tipo de personas. Tiene más de 70 años, incipiente Parkinson y sigue haciendo viajes de un lado a otro para sobrevivir porque su fondo invirtió en activos respaldados por hipotecas subprime y su complemento de pensiones ha quedado reducido a la mínima expresión».

Mi amigo me confirmó que él mismo está afectado por el mismo problema, pero tiene tiempo por delante para arreglarlo. Pero el pobre taxista se lo encontró en el peor momento. Y mucha gente en España defendiendo el ejemplo islandés como modelo a seguir…

Ésa es la realidad. Esos activos eran triple A, elegibles por fondos de pensiones de medio mundo. Sólo hasta que se demuestra que algo es peligroso no se sabe hasta qué punto lo es. Supongo que serían elegibles las acciones del Banco Popular y ya ven lo que pasó…

En fin, que mejor nos vamos haciendo nuestro fondo de pensiones nosotros mismos y, mientras aprendemos, parece que muchos españoles se han decidido por los fondos de inversión. También interesan a los bancos, pero menos, así que me parece estupendo.

NOTA DEL AUTOR: Nada de lo contenido en el presente artículo debe ser tomado como una invitación a la toma de posiciones en mercado alguno. Se trata de mi análisis sobre la situación de las Bolsas, compartido por puro placer y resultado de años de trabajo e investigación en los campos de la amplitud de mercado y la mano fuerte. Si quieres profundizar en alguno de los conceptos utilizados, puedes hacerlo con nuestro libro o en nuestro Foro, pero lo más rápido es que me dejes un comentario con tu pregunta e intentaré ofrecerte algunas respuestas si es que las tengo…