Dos máximos que nada aclaran… o que lo aclaran todo

Hace poco tiempo dediqué algunos posts o algunos párrafos en varios de ellos a hablar sobre la desincronización de los mercados europeos y americanos. La impresión que daban era la de haberse desincronizado por completo y sugerí que cuando volvieran a sincronizarse tendríamos las claves necesarias para nuestra operativa. Pues bien, se han sincronizado ayer y por más vueltas que le voy no he encontrado aún las claves, así que voy a tratar de exponer lo que veo y cómo lo veo, porque algunas cosas me dicen que esto va a salir disparado hacia las nubes y otras me aconsejan prudencia extrema.

Empezaremos por poner los gráficos del SP500 y el Dax, que ayer cerraron en máximos históricos de forma simultánea. Más sincronización no se puede pedir, aunque haya llegado por donde menos la imaginábamos:

Mantengo el gráfico de base de la semana pasada con las áreas de corto medio y largo plazo definidas y las líneas que pueden obtenerse con esos plazos de análisis. Como se puede apreciar, todo sigue donde estaba, por mucho que el índice haya marcado un nuevo máximo que, además, no está acompañado precisamente por el volumen.  La única novedad en cuanto a líneas es la horizontal roja que marcaba el lugar donde se encontraba el máximo de cierre anterior y, curiosamente, un máximo intradiario más antiguo.

En cambio, observando Arco Iris y la última incorporación al indicador, el Atlas Mini del gran Blai5, se observa una curiosidad que no debe ser pasada por alto. En todas las pruebas que hice al indicador tal y como lo presento hoy, si las barras negras del Atlas desaparecen sin que Arco Iris haya sacado azul, tenemos caídas. En cambio, si azul en Arco Iris, lo habitual es salir al alza.

Por tanto, en el SP500 nos encontramos con una ruptura de línea importante, la roja, al tiempo que Arco Iris saca azul (y más) y con el Atlas anunciando al posibilidad de un movimiento acusado.

En cambio, en el Dax todo está bastante más complicado:

Se ha logrado un nuevo máximo histórico al cierre, pero lo cierto es que hay una zona por encima que da un poco de miedito. Cada vez que el índice ha transitado por las cercanías de los 9.800 puntos ha salido papel a manta y el índice ha retrocedido con furia, dejando unas feas sombras por encima del cuerpo de la vela. Como factor positivo, esta vez no ha aparecido el papelón y la vela es muy razonable.

En términos también positivos puede apreciarse un posible HCHi en el gráfico, lo que sería un buen punto de partida para salir al alza, pero Arco Iris se muestra remiso a sacar el azul, lo que revela que la mano fuerte está más bien dubitativa. La verdad es que esta semana en Europa ha sido tremenda y se atribuye el poco volumen y las dudas a las elecciones europeas. Si es así, el lunes saldremos de dudas porque además no hay referencias ni de Wall Street ni de Londres, donde es festivo.

Para bien ser y despejar las dudas, el Dax debería romper con claridad la zona del rectángulo rojo y la mano fuerte debería empezar a apoyar desde ahora mismo. De no ser así, persistirán las dudas.

Y una situación muy semejante nos muestra el análisis del Oscilador McClellan a ambos lados del Atlántico. Comenzaremos con el Dax, al que asociamos el Oscilador conjunto de todos los valores de la Eurozona que tenemos en la base de datos, pertenezcan al mercado que pertenezcan.

Muy alcista no ha sido el Oscilador a pesar de que el Dax se ha comportado decentemente en los últimos tiempos, pero al menos hay una noticia que data de ayer mismo: el oscilador ha cruzado el cero al alza. Algo es algo.

Veamos si el Osciladorde Wall Street nos dice algo más claro:

Como cabía esperar, tampoco ha sido muy alcista en los últimos tiempos, pero sí es algo más optimista ahora mismo. Durante buena parte de la última subida, el índice ha subido sustentado en el buen comportamiento de unos pocos valores, pero en la última semana parece haber un efecto arrastre que se ha notado en el comportamiento de los dos índices que más han lastrado la operativa americana: el Nasdaq Composite y el Russell 2000.

Veamos el Russell, que lo ponemos poco y tiene buena parte de la culpa de la reacción:

Como puede apreciar se encontró de bruces con las puertas del infierno, pero no llegó a ese punto donde Dante asegura que hay una leyenda en la que puede leerse «abandonad toda esperanza«. Ha rebotado desde el último lugar posible y parece haber encontrado fuerzas para intentar alejarse de la zona de peligro, al punto de que ayer ha aparecido mano fuerte.

Le quedan muchas resistencias que vencer, pero la que considero clave la he marcado con una línea punteada. En esos niveles estarán esperando agazapados los osos para intentar formar el HCH definitivo. No es mal sitio y, sobre todo, eso le deja recorrido al alza al SP500.

Y permitidme un último gráfico de un índice poco conocido y que creo que ya he traído en alguna ocasión. Se trata del Wilshire 5000 y acudo a él cuando unos índices dicen unas cosas y otros dicen otras. En él ponderan nada menos que 5000 valores de Wall Street y lo hacen en función de su capitalización, pero al ser tantos el efecto de los más grandes es bastante más reducido por lo que suele servir bien de síntesis.

Como no ofrece datos de volumen, Arco Iris no funciona, pero sí lo hace Atlas. Puede verse que nos está indicando la posibilidad de un fuerte movimiento. En cuanto a su perfil, tiene más que ver con el SP500 que con el Russell 2000, en el que solo hay valores de baja capitalización.

¿Conclusiones? Si tuviera que decantarme por algo, salvo que en las elecciones europeas pase algo realmente raro para el mercado, tengo la sensación de que Wall Street seguirá tirando y que logrará hacer que Europa reaccione, pese a nuestros políticos, pese al BCE y pese al Bundesbank. Pero mucho ojo, es solo una sensación posiblemente muy condicionada porque estoy largo en el mercado europeo.