¿Por qué mi cuñado gana en Bolsa y yo no?

¿Por qué mi cuñado gana en Bolsa y yo no?

El «cuñado listo» es una especie muy extendida, mucho más de lo que uno se puede imaginar. Es ese tipo que siempre consigue las cosas más baratas, pasa las mejores vacaciones, está al día de todo chollo que se precie, tiene el mejor coche del barrio y, por supuesto, gana en Bolsa.

Me temo mucho que en el resto de las cosas tampoco es que sea tan hábil, así que habría que empezar a llamarle el «cuñado fantasma» porque, desde luego, en Bolsa no gana un duro.

Bolsa de Madrid

Haga la prueba. Cuando vea que una acción ha caído un día, saque el tema y verá cómo «de esa me salí hace unos días». Por lo general, ni siquiera se preocupan de mover su dinero en Bolsa sino que «me lo hace un chaval del banco que es un lince».

Tengo buenas noticias para usted: miente como un bellaco. Ignoro si tiene un solo euro en Bolsa, pero en caso de tenerlo pudo ganar una vez, pero no constantemente. El «cuñado listo» pierde en Bolsa como todo aquél que no se preocupa de formarse mínimamente para enfrentarse a los tiburones.

Le propongo un juego. No es difícil, se basa en recordar. Seguro que recuerda que su cuñado ha tenido acciones de todas las empresas que han subido en Bolsa, pero seguro que no recuerda que haya tenido una sola de las que han bajado.

Seguramente ahora hablará de Gamesa y se reirá de los atrapados en Abengoa, un valor al que «le gané mucho dinero hasta el año pasado, que lo abandoné porque se veía que iba a hundirse». Estadísticamente, es imposible que alguien no tenga nunca un enganchón con alguna acción que baja.

Restaurante La Conjura, Puebla, México

Seguro que también recuerda haber ido alguna vez a alguno de los restaurantes de los que tanto habla su cuñado por su excelsa relación calidad-precio y le han metido un sablazo de espanto por una comida que tampoco era para esa factura. A buen seguro que cuando se lo comentó a su cuñado, «cambió de dueño hace un tiempo y ya no es lo que era por lo que dejé de ir. Si me hubieras preguntado te hubiera dicho que fueras a otro que he encontrado hace unas semanas…»

Y todo así. Absolutamente todo. Esté usted tranquilo porque el coche que dice haberse comprado con lo ganado en la Bolsa lo ha financiado a siete años como todo hijo de vecino y el restaurante de marras no lo ha pisado en su vida. Habla de oídas y monta películas. En Bolsa no ha ganado absolutamente nada y seguramente tiene la Visa abrasada.

El 95% de los que invierten en Bolsa son pasajeros fugaces, que llegan, pierden y se van… hasta que vuelven a reunir dinerito y vuelven para volver a perder. Si es que su cuñado alguna vez pone un euro en la Bolsa, es más que probable que esté en este selecto grupo del que casi todos hemos formado parte alguna vez.

¿Y usted?

¿Y usted? Usted, en realidad, no tiene grandes preocupaciones respecto a la Bolsa. Ni gana mucho ni pierde demasiado. Es usted prudente, racional y procura no correr demasiados riesgos. Por supuesto, le atrae el asunto, pero se cree incapaz de llegar a entender de verdad lo que sucede en el mercado y, mucho menos, a invertir cantidades relevantes.

Lo que en verdad le fastidia es que su «cuñado listo» le pase por el morro sus ganancias o, aún peor, que su mujer le comente que «hay que ver lo bien que invierte el marido de mi hermana, ya podías tener tú ése olfato para ganar dinero».

Tengo más buenas noticias para usted, además de que su cuñado miente, el mercado no es tan complicado. Con un poco de dedicación y tiempo, puede llegar a desenvolverse decentemente en esto de la Bolsa. Si yo lo he conseguido, cualquiera puede.

Le cuento. No soy más hábil ni menos que nadie y mi «carrera» bursátil comenzó haciendo todo tipo de barbaridades con Terra, como muchos. Luego, incluso fui tan inconsciente de comprar Telefónica Móviles en la OPV. Con suerte me pude quitar esas acciones con algo de beneficio años después, pero las pasé canutas porque llegaron a perder la mitad del valor.

Y conste que, en teoría, no era un indocumentado. Soy periodista y escribo sobre economía. Fue en ese tiempo cuando decidí que lo de la Bolsa había que controlarlo porque era el único área sobre el que no podía escribir, además de que mis incursiones en ella se saldaban con constantes sustos.

Prudencia, la madre de la ciencia

Leí, leí y leí, pero entender, lo que se dice entender, no entendí mucho, así que recurrí a preguntar. Me ayudó mucho el tipo que se encargaba de la información de Bolsa en el periódico, Jorge Holgado. Un amigo de esos de para siempre que me enseñó que la máxima que hay que tener siempre presente cuando te enfrentas al mercado es la prudencia.

Pregunté a mucha gente más a la que, por suerte, tenía a mano por mi profesión, pero llegué rápidamente a la conclusión de que cuanto más relación tenía con la Bolsa a quien preguntaba, menos entendía yo lo que decía.

Curiosamente, a medida que he ido sabiendo algo mejor cómo funciona este negocio, lo de la prudencia se ha convertido en una obsesión que va siempre acompañada de otras dos palabras que riman con ella, experiencia y paciencia. A medida que se va teniendo experiencia en Bolsa, la paciencia y la prudencia se practican más asiduamente.

Luego pasé a los cursos. Hice varios, algunos incluso buenos. Me enseñaron las cosas básicas y algunas no tan básicas. Llegué a operar futuros americanos durante poco tiempo.

Cursos hay miles, pero afortunadamente, en este mundo de internet, los conceptos básicos los puede aprender usted solo, no gaste dinero en ello. Tendencia, tipos de gráficos o indicadores básicos son conceptos sobre los que hay una amplísima información en la red. Luego, eso sí, tendrá usted que decidir cómo quiere enfrentarse al mercado, porque métodos hay miles.

Yo los probé casi todos. Todo inversor busca incansablemente su grial y yo no fui una excepción. Busqué y cambié de sistema varias vaces, hasta que tropecé con el gran Ángel Matute, quien intentaba introducirnos en los indicadores de amplitud a un grupo de weinsteinianos del foro de Águila Roja.

Mirando el mercado con otros ojos

Ángel accedió a enseñarme todo lo que sabía de indicadores de amplitud del mercado y juntos creamos un sistema exclusivamente basado en ellos. En los tradicionales y en los que creamos nosotros. Abandoné las velas semanales de los weinsteinianos que tanto me aburrían y retomé las diarias. Escribí un libro junto a Ángel y ahora que él se ha retirado (sigo esperando en el fondo que no sea del todo), aquí seguimos, mirando al mercado con otros ojos que no son precisamente los del precio.

¿Y cómo se mira al mercado sin mirar al precio? Contando a diario los valores que suben y bajan en un mercado. Nada de índices o ponderaciones. Busco indicios de otras cosas y, sobre todo, trato de elegir lo mejor posible el momento de una entrada para minimizar el riesgo. Eso se llama Market Timing y de eso trato mucho en este blog. Por ejemplo, ¿qué le sugiere ver este gráfico?

Nuevos máximos y Nuevos Mínimos Nyse

Así, a simple vista y sin saber aún que representa el gráfico, parece evidente que cuando el mercado sube domina el verde, que cuando marca un techo desaparece el verde pero no aparece el rojo, y que cuando baja el rojo es el que preside el indicador. ¡Vaya hombre! Está subiendo y no hay verde a pesar de que estamos muy cerca de nuevo de los máximos históricos… Algo me dice que hay que ser muy desconfiado con esta recuperación en la que el mercado no está poniendo nada sino que son los bancos centrales los que están haciendo el trabajo.

Amplitud y Market Timing

El gráfico refleja verde cuando en el Nyse marcan máximos anuales más de 150 valores y saca rojo cuando durante cinco días consecutivos o más en el Nyse se producen al menos 40 nuevos mínimos anuales. Parece que los mínimos ganan por goleada. ¿No estábamos subiendo? De estas cosas, entre otras, tratan los indicadores de amplitud y el Market Timing.

No quiero con ello decirle que empiece ahora mismo con los indicadores de amplitud, aunque si quiere hacerlo aquí encontrará la ayuda que necesita. Lo que quiero decirle es que se forme, que busque un método de inversión con el que se encuentre cómodo, que invierta un poco de su tiempo en aprender a manejar su dinero y su cuñado dejará de ser un chicle en la suela del zapato. No es tan difícil conseguir lo suficiente como para que las vacaciones le salgan gratis. Hay muchos sistemas y bien aplicados muchos de ellos ganan dinero.

Eso sí, si me acepta un consejo, olvídese de los «cursos milagro» que prometen ganancias millonarias con instrumentos financieros demasiado complejos o demasiado apalancados. Esos cursos solo buscan gente que engrose las filas del 95% perdedor, porque este bando sufre bajas a diario. Comience por lo simple y en unos meses dejará a su cuñado con la palabra en la boca. Entonces será su cuñado el que se pregunte (en silencio eso sí) «¿por qué mi cuñado gana en Bolsa y yo no?»

¡¡Buen trading!!

NOTA DEL AUTOR. Todo lo expuesto en este artículo es fruto de mi análisis, que es el resultado de años de formación y trabajo. Si te ha gustado, me haces un gran favor si lo compartes en las redes sociales. Mis análisis los publico exclusivamente con fines didácticos y no representan en absoluto una invitación a realizar operación alguna en el mercado, ni con acciones ni con ningún otro instrumento financiero. Si quieres profundizar en el estudio de los indicadores de amplitud, tanto en nuestro libro como en nuestro foro encontrarás las herramientas necesarias para hacerlo. Si necesitas una primera aproximación, nuestra Guía Rápida del Sistema puede servirte como aproximación a lo que hacemos.

¿Lo compartes?

11 comentarios en «¿Por qué mi cuñado gana en Bolsa y yo no?»

  1. Cuanta razón llevas, y ahora con las nuevas tecnologías yo también diría que la figura del cuñado también se puede asimilar a algunos blogueros (que no es el caso), que también los hay que siempre ganan, pero a estos se les detecta rápidamente con una pequeña investigación, ya que todo queda registrado.

  2. Una buena aproximación a una de las presas más codiciadas del mundo bursátil «el cuñao». Si encuentra alguno dentro de su hábitat, podrá preguntarle sobre todo lo que Vd. quiera, y como si de la Wiki se tratara, tendrá la mejor respuesta posible….je, je.
    Un artículo genial.
    Un abrazo.

    • Me alegra que te guste, Miguel.

      Nota para despistados. Miguel Illescas es uno de los referentes del trading español y ha tenido la gran idea de crear un curso de Bolsa gratuito para novatos al que se puede enlazar desde el link que contiene su nombre. Es un gran curso que permite una aproximación real a lo que son los fundamentos de la Bolsa. Formación, formación y formación y si puede ser con uno de los mejores y gratis, miel sobre hojuelas.

  3. Miguel, muy bueno el artículo. Me alucina cada vez más como la gente es capaz de poner su dinero en juego únicamente porque alguien, al que ni siquiera conocen mucho, les dice que inviertan en esta acción o en aquella otra.

    ¿no sería mejor formarse y saber realmente lo que se está haciendo, aunque sea mínimamente?

    Parece que lo que vende son las fórmulas mágicas…esas que ganas un dineral en cuestión de minutos. Bueno podemos pedírsela a los reyes magos, no? 😉

  4. Miguel, a mi también me ha gustado, como se nota que eres periodista y sabes contar las cosas de forma amena.
    A todos nos ha pasado, sino ha sido nuestro cuñado, ha sido nuestro amigo Pepe o nuestro amigo Juan.

    • Efectivamente Luis, el cuñado es un mito, pero el amigo pesado o el vecino idiota también son especies a seguir…

  5. Ésos cuñados no molan. Puestos a elegir, mola más tener un cuñado en Goldman, en el BCE, en el Financial Times,…

    Éso sí son cuñados, los que ántes de que sucedan los acontecimientos, te soplan lo que va a ocurrir, y además, ni se les investiga, ni van a la carcel, ni se escribe sobre ellos, ni sus actos tienen una repercusión mediática de más allá de 1 minuto.

    CuñAAAaaaaaoooooOOOOO!!!!

    • Trabajé muchos años en periodismo de primera fila, de trinchera, de la más rabiosa actualidad, y no te creas que te enteras de casi nada antes. El insider siempre va primero. Casi, casi, me entero más ahora que estoy alejado de ruedas de prensa y cosas por el estilo

  6. Me parece que está genialmente escrito.
    Y totalmente práctico porque sé acercan las cenas familiares. 😉
    Me ha encantado.

    • Muchas gracias. Me alegra que te guste y si además te resulta práctico, miel sobre hojuelas