Prudencia, la gran olvidada de los sistemas de inversión

Lo que diferencia a un especulador de un simple inversor es que el primero actúa con un sistema y el segundo rara vez lo hace. Se guía por consejos, intuiciones o análisis algo más elaborado, pero rara vez tiene la constancia suficiente para repetir mecánicamente lo que tiene éxito, que es exactamente lo que hace el especulador.

No quiero decir con ello que los consejos, las intuiciones o el análisis no sean métodos de inversión aceptables. Si el consejo es de George Soros, la intuición es de un profeta y el análisis es riguroso, todos esos métodos pueden llevar al éxito. Pero descartando los dos primeros porque no se nada de ellos, el tercero debe ser evolucionado hasta encontrar en ese análisis las pautas repetitivas que hacen que un método de inversión se convierta en sistema.

¿Qué diferencia el método del sistema? El sistema es un método que seguido a rajatabla es rentable. Da dinero, beneficios, ganancias. Y no por la vía de los dividendos.

¿Qué características debe cumplir un sistema? Fundamentalmente tres:

• Que usted pueda entender lo que está haciendo en cada momento
• Que pueda demostrar lo que ha hecho en el pasado y que el balance sea positivo
• Que sea prudente

Vamos por partes con todo esto, que tiene su aquél

Que usted pueda entender lo que está haciendo

Se ha puesto muy de moda el «seguidismo». Lectores de determinado «gurú» que siguen a pies juntillas las señales que un sistema les va indicando. No tengo absolutamente nada en contra de ello si usted es capaz de entender lo que hace el sistema. Por lo general, el sistema tiene un creador y él es el que lo entiende. Y demasiado a menudo todo está basado en códigos de programación complejos imposibles de entender por el común de los mortales (y eso en el caso de que llegue usted a conocer el código).

Les cuento mi caso que es el que mejor conozco y servirá de guía. Junto a Ángel Matute creé un sistema de inversión basado en indicadores de amplitud cuyos fundamentos rudimentarios puede usted consultar en esta página. Luego, escribimos un libro para intentar de explicarlo al común de los mortales. Y, finalmente, a petición de algunos de nuestros seguidores, creamos un foro para profundizar más en el asunto.

Balance: Muchos de quienes consultaron los rudimentos del sistema se interesaron por comprar el libro y muchos de quienes lo leyeron fueron capaces de entender bastante bien qué hacíamos en cada momento. Procuramos simplificarlo todo al máximo y junto al libro añadimos una tabla de Excel que es el corazón del sistema.

Supusimos que todo el mundo sabe manejar una tabla de Excel y ahí tuvimos nuestro primer resbalón. Ahí ya hay un escalón que para algunos de nuestros lectores ha supuesto un mundo, pero al fin y al cabo conocían las tripas del sistema, su filosofía, y aunque no supieran lo que estaba haciendo por dentro el Excel, al final tenían una representación gráfica con la que estaban familiarizados y que les permite tomar decisiones. Las suyas, no las mías, aunque por lo general van a coincidir.

Y, para concluir, uno de nuestros foreros, el gran Joserain, fue capaz de programar sobre Amibroker un código de entradas que se parecía mucho al sistema no automatizado que planteamos en el libro. No es exactamente igual, pero casi. Aquí ya hemos subido el nivel de los problemas, desde la implementación del código al mantenimiento de los datos. En lo único que no hay problemas es en seguir las señales cuando aparecen y como todos los foreros conocen las bases del sistema original, más o menos saben por dónde se andan en cada momento.

No obstante, si publico aquí mismo mañana el código puede que algún lector avezado sea capaz de entender lo que dice. E incluso de conseguir cargar un Amibroker y alimentarle con los datos de amplitud tal y como lo hacemos en el foro. Pero será uno entre un millón. El resto, si se dedica a seguir las señales, será a ciegas. Para evitar eso hemos dedicado horas y horas a explicar cosas que poco tienen que ver con el sistema en sí pero que son necesarias para comprender cómo actúa. Y en ello seguimos…

Que haya sido rentable en el pasado

Sobre esto mantengo muchas reservas, pero vamos a abordar el asunto desde una perspectiva neutral antes de pasar a los dimes y diretes que entiendo que existen.

Ya saben todos ustedes eso de que ‘ganancias pasadas no presuponen ganancias futuras’. Está en la letra pequeña de toda oferta de producto financiero que se precie. E incluso en los últimos años la leyenda ya no está en letras tan pequeñas.

Pues aún así, un sistema debe poder demostrar su rentabilidad en el pasado. Dado que casi todos están regidos por códigos informáticos, basta con tirar hacia atrás el gráfico y ver qué ha pasado. Un buen backtest es la mejor carta de presentación de un sistema, aunque no todo es rentabilidad. Conceptos como ‘drawdown máximo’ o ‘Ulcer Index’ (literalmente el índice de la úlcera) adquieren su importancia a la hora de analizar el sistema.

Es más, si usted crea un sistema hoy, solo sabrá lo que ha hecho en el pasado. Por tanto, todos los sistemas de inversión está creados teniendo en cuenta lo que ha sucedido en el pasado. Ahí es donde vienen mis reparos.

¿Estamos desde 2009 en el mismo mercado que antes de que la Fed abriera la veda de los estímulos a go-gó? Y un poco más allá ¿en qué se parece el mercado al que se puede acceder desde un ordenador desde tu propia casa al que existía en 1973? Quien crea que estamos ante el mismo mercado, mejor que se dedique a las apuestas deportivas, aunque también le advierto que el Eibar de hoy no tiene nada que ver con el de hace sólo diez años…

Hace unos meses recibí una crítica que acepté de buen grado: «tu sistema no tiene apenas historial», aludiendo a que su efectividad es máxima desde 2009 y que con anterioridad no es tan efectivo. Es realmente así. Estamos ante mercados distintos, radicalmente distintos, y mucho más para un sistema basado en la amplitud del mercado. No sólo ahora la oferta y la demanda están condicionadas por los Bancos Centrales, sino que el Nasdaq tiene aproximadamente la mitad de los valores que tenía en el punto álgido de la burbuja tecnológica.

Por tanto, optamos por establecer los filtros necesarios para que todo se adaptara lo mejor posible a las condiciones de mercado reales en las que se iba a desarrollar el sistema. No duden que volveré a adaptar todo lo que sea necesario si el mercado vuelve a cambiar, en el sentido que sea. Lo bueno que tienen los indicadores de amplitud es que es muy fácil trabajar con ellos una vez que se comprenden, por lo que las modificaciones espero que sean sencillas…

¿De qué me vale un sistema que cuente entre sus éxitos haber ganado cada vez que el Oscilador se giraba en 1985 si ahora una de cada tres señales del Oscilador es más falsa que un euro de madera? Prefiero pegarme al terreno porque es en el presente y en el futuro donde tengo que ganar dinero.

Cuando los McClellan presentaron su Oscilador, a comienzos de los años 70, funcionaba casi como un reloj. Y si se seguían las pautas que identificaron como ganadoras, el éxito estaba al alcance de la mano. Ahora las cosas no son tan sencillas y de hecho fueron apareciendo más indicadores de amplitud para ajustarse mejor a cada momento del mercado.

El pasado es el pasado y está muy bien, pero el sistema vive en el presente, así que otorgue más valor a lo que un sistema haya hecho en el último año que en todos sus periodos anteriores, porque las circunstancias en las que se va a mover van a ser muy semejantes.

Que sea prudente

Uno de los mayores defectos que encuentro a muchos de los sistemas de inversión que conozco (y algunos los conozco algo más que superficialmente) es que tienden a la sobreoperación. Tiene su lógica. Están hechos por traders y no hay nada peor para un trader que no tener una posición abierta en algún activo. Como he dicho alguna vez, somos alcohólicos del mercado.

Tuve la suerte de aprender con poco coste el peligro de la sobreoperación. Quien más gana con ello es el broker, que te cobra comisiones de entrada y salida cada vez que haces click en el ratón. Y quien más pierde eres tú porque la sobreoperación suele aparecer en circunstancias muy especiales.

Casi nadie sobreopera tras un análisis pausado y razonable con el que se toman decisiones por lo general acertadas.

La sobreoperación suele ir asociada a la ansiedad y, las más de las veces, al deseo de venganza por una pérdida. Es más, en el colmo de la idiocia, cuando salta un stop muchos vuelven a entrar en el mismo valor esperando que «les devuelva lo que les ha quitado».

Imaginen lo que puede ocurrir cuando se opera por venganza y se repiten entradas en valores como Arcelor Mittal. Se me ponen los pelos de punta, pero les prometo que no son uno ni dos los pillados de formas más peregrinas en este valor y en otros de calaña semejante.

Por eso, creo fundamental que un sistema de inversión sea prudente, que no sobreopere y, sobre todo, que si no se dan las circunstancias más favorables para operar, que no lo haga. Es un error pensar que hay que estar siempre  dentro del mercado.

He dicho muchas veces que hay tres formas de estar en el mercado: comprado, vendido y en liquidez. Ésta última es la gran olvidada, seguramente porque es la que menos favorece a los brokers.

¿A dónde me lleva todo esto? A un sitio muy concreto que les voy a explicar en un periquete.

El sistema «automatizado» de Joserain dio señal de entrada al alza a finales del pasado año tras mucho tiempo de tenernos fuera. Y, como siempre, stop al canto. Ni qué decir tiene que hemos perdido en torno a un 1,75% en esa aventura. Los sistemas fallan. No todas las entradas son perfectas y el stop es el stop. Hay que ser prudente. Desde entonces, vuelvo a estar fuera del mercado dando gracias porque el stop saltara prontito y estuviera tan cercano.

Pero aún hay más. Con indicadores de amplitud se pueden hacer muchas cosas y uno de nuestros seguidores, Carlos Sancho, el gran Bolsajunior, logró hacer un sistema muy simple basado en el cruce de dos estocásticos alisados de la Línea AD. Igual que nosotros en nuestro sistema no lo tenemos automatizado al punto de poder seguirlo en Google Finance, Carlos sí lo tiene y el otro día compartió en el foro este gráfico que viene al pelo para hablar de prudencia y cómo la prudencia es rentable:

Lo que Carlos nos vino a decir en el foro era sencillamente que estar en liquidez le ha ahorrado más de un 10% en la flecha de la izquierda con respecto a esos sistemas de ‘buy and hold’ (y mucho más con respecto a los que sobreoperan), porque incluso a pesar de que la entrada fue negativa para él y terminó en pérdidas, éstas fueron tan modestas que siempre le permitieron dormir tranquilo, algo que seguramente no hubiera hecho de haber hecho caso omiso del stop.

A mayor abundamiento, en la segunda flecha, las pérdidas que hubiera cosechado hubieran llegado al menos a un 15%. Sin duda, mejor estar en liquidez y mantener el sistema en rentabilidad.

Tomando como punto de partida finales de junio de 2015 y hasta hoy, su sistema ha mantenido una rentabilidad de casi el 5%. Seguramente porque ha sido lo suficientemente prudente como para quedarse en liquidez cuando las cosas no estaban nada claras porque hemos atravesado uno de los momentos más complicados que recuerdo para operar con un sistema de medio o largo plazo.

Ojo, lo de quedarse en liquidez no es una decisión personal en su caso. Es el sistema el que le mantiene en liquidez. Es un sistema prudente y, a la larga, rentable.

¿Pueden decir lo mismo muchos otros sistemas de gente mucho más afamada a quienes siguen a ciegas muchos inversores?

Pues eso. Ni soy afamado, ni conocido, ni voy por el mundo sentando cátedra y solo aspiro a convencer a mis lectores de que se formen y puedan tomar decisiones de inversión tan sabias como las de Carlos (que ya sabía de esto cuando nuestros caminos se cruzaron, que conste). Mi sistema es prudente pero en ese mismo periodo pierdo en torno a un 2,3%. Soy algo más torpe que Carlos, pero igual que él, puedo dormir muy tranquilo