Sistema de inversión y esperanza matemática

La primera pregunta, la fundamental, que toda persona que empieza en esto de los mercados de valores se hace es cómo ganar dinero, cómo conseguir «arrebatarle» al mercado unas migajas que nos alimenten el ego y nos dejen satisfechos. Pero la pregunta es errónea. Ganar dinero una vez puede ser bastante fácil y esa es precisamente la trampa que nos tiende el mercado. La clave no está en ganar dinero unas cuantas veces, sino en ganar dinero la mayor parte de las veces y además que las ganancias obtenidas compensen de sobra las pérdidas en que incurres cuando pierdes.

En cierta ocasión, cuando yo todavía andaba enredado en el intradía en el MiniSP alguien que sabe de esto me dijo «haz exactamente lo contrario de lo que razonablemente piensas que hay que hacer» y no iba desencaminado. Como método, como sistema, no vale nada, pero sí he adoptado en parte este consejo como filosofía frente al mercado. La racionalidad no sirve de nada cuando te enfrentas al gráfico.

¿Qué vale entonces? La esperanza matemática o estadística para los pobres y las cantidades ingentes de dinero para los poderosos. Empecemos por este segundo método, que es muy rápido de explicar. Si pones mil millones en una orden en el MiniSp, prácticamente estás seguro de que el mercado va a hacer exactamente lo que tú hagas, al menos en el próximo minuto. Burdamente, porque no es ni mucho menos tan sencillo, en eso se basan los famosos programas de alta frecuencia.

Ahora bien, no estamos inflados a pasta y tenemos que ir con cuidado. Nuestra apuesta es por un sistema de inversión y, por tanto, por la esperanza matemática. Si desde hace tiempo cuando pasa tal cosa en el mercado y haces tal otra en más de un 70% de las ocasiones puedes esperar ganar dinero, eso es rentable y eso es un sistema. Más sencillo o más complicado, pero es un sistema.

Hace no mucho tiempo estuve en una conferencia en la que una de las cosas que expusieron es que, en gráficos diarios, a una vela de vuelta (martillo, dogi, reversal, como se quiera llamar) de cuerpo blanco (es decir que el cierre sea más alto que la apertura), se le puede esperar un 5% de retorno o más entrando en la siguiente apertura en más de un 70% de las ocasiones. Blanco y en botella. Más sencillo imposible. Ahí hay un sistema a explotar. ¿Cual es la limitación? Evidentemente, que el stop no puede ir por debajo de un 5% menos las comisiones.

Pero si nos adentramos más en el teórico sistema empezamos a ver las limitaciones. ¿Cortamos las ganancias al 5% o no? El estudio estaba hecho con un comlejo software de reconocimiento de patrones gráficos que nada tiene que ver con nuestros habituales graficadores y lo que decía el estudio es que si llegaba al 5% y luego caía, estaba computado como entrada positiva.

Pues ya no está tan claro, porque si cortamos todo al 5%, más de un 70% de las veces tendremos un retorno del 5% menos las comisiones generadas, lo que no está nada mal, pero nos dará mucha rabia ver esos valores que vendimos revalorizarse un 50 o un 100%. Codicia y avaricia son dos fantasmas a despejar de inmediato cuando tratamos de ganar dinero en el mercado. Muchos pocos, muchos pocos…

Vale, pues lo que haremos es poner un stop profit y dejar correr las ganancias… Pues tampoco. ¿Cuantos valores se van a dar la vuelta y nos van a barrer el stop con muy pequeñas ganancias después de pagar las comisiones? No lo sabemos. ¿Compensará entonces el resultado global de las operaciones positivas lo perdido en las negativas. Pues tampoco lo sabemos. Inconveniente al canto, un sistema no está hecho de «no lo sabemos».

¿Solución? Disciplina, disciplina y disciplina. Y, por supuesto, desterrar la codicia y la avaricia.

Pero cuando creíamos que lo teníamos todo claro resulta que tampoco lo está tanto. Tenemos una cartera limitada y nos vamos a encontrar con un inconveniente operativo que casi nadie tiene en cuenta. Imagenemos que decidimos aplicar el sistema en los 35 valores del Ibex e imaginamos que en un día de reverso del mercado se dan la vuelta y atienden a nuestro sistema 20 acciones. Si tenemos 20.000 euros, 1.000 por cada una y ya está. Perfecto. Pero al día siguiente cumplen las pautas de nuestro sistema otras tres acciones rezagadas y ya no podemos ohacer estas entradas. ¿Y si las buenas son estas y en las otras no tenemos tanto éxito?

Resulta que el sistema cuenta con el ideal de carteras ilimitadas y si sobre 1.000 valores hacen la figura los 1.000, entra en los 1.000. Pero esto está muy alejado de la realidad. A lo mejor el de los 1.000 millones en el MiniSp puede hacerlo pero los pobres no podemos. Y dudo que el de los 1.000 kilos lo vaya a hacer pudiendo manipular el mercado a su antojo cada día y dormir tranquilo cada noche con las ganancias a buen recaudo.

¿Qué porcentaje de entradas no vamos a poder realizar porque no tenemos huecos en la cartera? ¿Serán las entradas que no realicemos estadísticamente más rentables que las que realicemos? Volvemos al «no lo sé», pero no se pueden dejar las cosas en un «no sé», sino que hay que seguir profundizando en el estudio, añadiendo herramientas que nos faciliten más datos, más fiabilidad, más ganancias al fin y al cabo pero, sobre todo, menos nervios.

Pasé junto a Ángel más de un año poniendo negro sobre blanco lo que sería nuestro sistema de Market Timing y eso que ya teníamos la base de su propio sistema. Recuerdo tardes en las que todo eran preguntas y deseos, en las que soñábamos con encontrar nuevos filtros para que el sistema ganara menos dinero. ¿Para ganar menos? Sí, para ganar menos y vivir más tranquilos. El sistema original hubiera entrado largo a finales de agosto y lo hubiera hecho de nuevo el pasado viernes. Y posiblemente esta vez hubiera acertado (o no), pero ya nos hemos ahorrado los nervios de todo el mes de septiembre y eso no tiene precio. Ganar menos dinero aumentando la esperanza matemática o estadistica de un sistema siempre es un buen negocio.

¡¡Buen trading!!